Juan Samorano, el atleta para-taekwondista argentino, oriundo de Merlo, Buenos Aires, es uno de los deportistas que logró conseguir la medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos de París 2024. Sin embargo, para lograr todo lo que está consiguiendo, tuvo que superar cientos de obstáculos, tanto físicos como mentales. El deporte se volvió una parte fundamental en su vida, encontrando allí la motivación para seguir adelante cuando parecía que todo estaba terminado.
Azul Spalletta// El momento en que su vida cambió fue una noche del 2007, cuando su compañero de trabajo, quien se encontraba al volante, se quedó dormido. Medio cuerpo de Samorano ya se encontraba fuera de la ventanilla de la camioneta cuando su acompañante llegó a atraparlo para llevarlo de nuevo al asiento. A pesar del reflejo de su compañero, ya era tarde para que no sucediera ningún accidente: Juan había perdido medio brazo derecho contra el guardarrail. “El accidente me saca una parte de mí, pero me dió otra posibilidad en la vida de poder salir adelante, poder mantener a mi familia de otra manera y poder hacer lo que a mi me gusta… Yo a veces me pongo a pensar y digo que había un atleta adentro mío que si no hubiese sido por el accidente nunca lo hubiese logrado descubrir” confesó Juan Samorano.
Habiendo atravesado un momento tan impactante y doloroso, él no se dio por vencido. Si bien los primeros días no quería siquiera mirarse al espejo o salir de su casa, gracias al apoyo que recibió por parte de sus amigos en aquel momento, encontró la fuerza suficiente para volver a la calle con buena cara y buscar un trabajo, ya que con el accidente, se le habían cerrado muchas puertas y nadie lo quería contratar. Él nunca dejó de intentarlo, su esposa estaba embarazada y necesitaba poder mantener a su familia: “Empecé a enfocarme un poco en ver qué era lo que podía hacer, porque en realidad yo laburar no podía, había muchas cosas que no podía hacer”.
Un día del 2009, caminando por la calle, escuchó unos gritos qué venían de un gimnasio, por lo que decidió acercase para ver de qué se trataba. Fue ahí cuando conoció el Taekwondo, el deporte que le volvería a cambiar la vida.
En ese entonces aún no existía el para-taekwondo, por lo que Samorano comenzó entrenando con luchadores convencionales. Competía como uno más, asistiendo a todos los torneos posibles y siendo uno de los mejores, si bien había diferencias físicas y sus oponentes aprovechaban su lado débil, él ya lo había practicado anteriormente con su entrenador, Eduardo Guzmán, quien continúa entrenándolo a día de hoy.
En 2014 tuvo que vivir un freno de tres años debido a un cambio de reglas que no le permitían a discapacitados enfrentarse ante deportistas convencionales. Además, reveló que durante esos años había engordado y llegado a los 85 kilogramos. “Yo aspiraba a seguir peleando con los convencionales, pero después de un tiempo me prohibieron pelear con ellos porque había una ley que prohibía a chicos con discapacidad pelear con chicos convencionales”. No obstante, cuando se enteró de la existencia del para-taekwondo a través de su entrenador, recuperó la ilusión, inició una dieta y volvió a trabajar en su técnica y táctica.
En el 2019 consiguió una pelea frente a Facundo Novik y cuando le ganó, la gente empezó a conocerlo nuevamente. Tras esa lucha logró participar del clasificatorio de los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019 en República Dominicana. Ganó en Santo Domingo, obtuvo el viaje a Perú y allí se colgó la medalla de bronce. Esto, le dio la llave para los clasificatorios de Tokio en Costa Rica. Allí quedó primero y logró clasificarse a sus primeros Juegos Paralímpicos.
En los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, que se jugaron en 2021, apareció por primera vez el para-taekwondo. Allí, la Argentina tuvo como único representante a Juan Samorano, quien lograría obtener la primera medalla en dicha disciplina, donde consiguió el bronce tras una patada qué realizó a falta de 2 segundos para el final: “Me iba a dormir y ponía la medalla arriba de la mesita de luz. Abría los ojos y la tocaba y decía ¿Es verdad que la gané? No lo podía creer. Caí recién cuando vine para mi casa y vi todo lo que había logrado”.
Con la presea en su poder, el para-taekwondista siguió preparándose para el siguiente objetivo: clasificar por ranking a París, así no tenía que jugar los preolímpicos, meta que cumplió después de tener la mejor posición en varios torneos, donde también se destacó con una performance perfecta en los Parapanamericanos de Chile, en donde se aseguró una plaza directa a los Juegos que se llevaron a cabo en Francia. “Fui el primer argentino de Taekwondo en poder clasificar por ranking. Ni mi entrenador ni yo nos lo podíamos creer, llorábamos de la emoción”.
Actualmente Samorano tiene 43 años y no niega la posibilidad de participar en los próximos Juegos Paralímpicos que se llevarían a cabo en Los Ángeles 2028.