A SEIS AÑOS DE BRASIL 2014

Alumnos 3º año

Un 13 de julio, pero de 2014, la Selección Argentina llegaba a la final de un mundial luego de 24 años sin llegar a estas instancias.

Por: Sebastián Cordero/ Seis años, ¿el rival? El mismo que en 1990, la última final disputada por los argentinos, Alemania, ¿el resultado? Tristemente el mismo que en Italia ’90, 1 a 0 a favor de ellos. Hoy recordamos esta final porque Argentina se desacostumbró a llegar a estas instancias en mundiales, exceptuando al ’90 y al ’14, Argentina solamente llegó a cuartos de final en el ’98, ’06 y ’10. luego un par de eliminaciones en octavos de final (’94 y ’18) y la recordada eliminación en fase de grupos en 2002. Según a criterio de este humilde escritor de esta reseña, Argentina tuvo grandes equipos para lograr algo más, como en 1994 de la mano de Basile, o en el 2002 con la conducción de Bielsa, o esos fatídicos penales en 2006 que nos cortaron a una selección con estrellas que daba para algo más.

Foto de Argentina, segundos previos de jugar ante Bosnia.

El camino mundialista de Brasil 2014 comenzó donde terminó, en el Maracaná, pero ante Bosnia, por fase de grupos, donde vencimos 2 a 1, luego vinieron las victorias ante Irán (1-0) y Nigeria (3-2) que dictaminaron que la selección enfrente a Suiza en octavos de final. En San Pablo fuimos a alargue ante la selección europea, donde una asistencia de Messi y el gol de Di María a poco del final nos daban una clasificación a cuartos, donde enfrentaríamos a Bélgica. Allí, superados los temores de jugar ante Alemania en cuartos como había sucedido en los mundiales de Alemania ’06 y Sudáfrica ’10, jugamos ante una selección con jugadores que años después serían figuras en sus respectivos clubes; 1 a 0 con gol tempranero de Higuaín y a semifinales luego de 24 años.

Los jugadores argentinos festejando el pase a semifinal, luego de derrotar a Bélgica.

Entre los cuatro mejores estaban Alemania, Brasil, Holanda y nosotros. Sin jugarse las semifinales, ya todos especularíamos con una final entre argentinos y brasileros, aunque debían cumplir compromisos. El 8 de julio de 2014 sería una jornada inolvidable, por el resultado entre el cruce de alemanes y locales, lo cual fue 7 a 1 a favor de los teutones. Por otra parte, nosotros nos jugábamos el pase a la finalísima ante Holanda, el 9 de julio, fecha Patria si las hay para Argentina. Luego de los noventa reglamentarios, después del alargue, hubo penales. Casi un reflejo de la última semifinal disputada por Argentina, la definición por penales se destacó por dos penales atajados por nuestros arqueros, Goyco en el ’90, Romero en el ’14, lo cual nos daría el pase a una final impensada hace solamente un mes.

Luego del penal de Maxi Rodríguez que nos depositaba en la final, todos corren a abrazar al héroe en la tanda de penales, Sergio Romero.

Llegó el 13 de julio, 5 de la tarde, luego de escuchar el himno en el estadio y llenarlos de orgullo, Nicola Rizzoli pita el comienzo del partido,donde el resto es historia. Las chances de Higuaín; el gol anulado por offside que gritamos con el alma y no fue; la chance de Messi desde la izquierda, que, viéndola años después, algún ente extraño no quiso que entre en el arco; la oportunidad de Palacio en el alargue; el gol de Gotze entrando por izquierda y definiendo de manera irregular; y el último tiro libre de Messi que se fue, como nuestra ilusión de campeonar en territorio archirrival. Argentina fue mucho más que Alemania en esa final, pero como dicen los que saben, gana el que mete más veces la cosa redonda en el arco contrario.

Lionel Messi, en la entrega de premios, simplemente sin poder levantar la Copa.

Posiblemente Alemania se haya convertido en el clásico rival en los últimos años, más allá de Brasil, o Chile en los últimos años, o Inglaterra, aunque ya no nos crucemos con ellos hace años. Argentina tuvo buenas competencias a nivel América, con varios subcampeonatos, aunque siguen sin reflejarse a nivel mundial. Lo ocurrido luego de la final en el Maracaná marcó un antes y después en la selección, lo mismo sucede con las finales americanas en 2015 y 2016, internas dentro de la selección que finalizaron en un estallido en Rusia 2018. 

Argentina deberá hacer catarsis, algo que Scaloni está haciendo muy bien según mi opinión. Cuesta escribir estas líneas, más para las personas de mí generación que no hemos visto campeonar a Argentina. Con ojos llorosos cierro esta “nota”, esperando que algún día pueda ver a la Selección Argentina campeonar mundialmente, y ojalá sea en 2022, en Qatar, de la mano de Messi, quien, a pesar de destructores propios que tenemos, les gustaría verlo levantar la ansiada Copa del Mundo.

 

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