Nos metimos en el mundo de los pabellones con alguien que la vive desde adentro como uno más ¿Cómo es estar tras las rejas y después ser guardia cárcel?
Gonzalo Chirico// Cesar Lozano guardia cárcel hace más de 20 años nos cuenta todas las internas de los penales en la Zona Oeste, se le preguntó por temas como por ejemplo las situaciones de violencia desde dentro y Cesar nos comentó: “Me tuve que cagar muchas veces a trompadas”.
¿Cómo arrancaste a laburar de guardia cárcel?
-Arranqué en Merlo (Ferrari, una zona media alejada de la estación de Merlo) medio de casualidad debido a que mi papá me dijo que había una entrevista en un lugar que era muy parecido a un colegio, mi papá la verdad no me aguantaba más porque era un bardo durante mi adolescencia, estuve preso casi dos meses (no se saben los motivos) y en mi familia pensaban que laburando podía cambiar. Me presenté en 1998, cuando llego al lugar veo que tenía rejas y muchos cuartos, en la cola de la entrevista me fueron comentando que era un colegio abierto de menores con causa penal. Cuando me hacen la entrevista y después de que les diga que había trabajado de técnico de fútbol de menores quedé para el centro abierto de menores con causa penal.
¿Cuánto tiempo trabajaste para ese centro abierto de menores?
-Trabajé ahí cuatro años, después el penal cerró y me mandaron a trabajar al penal de Ituzaingó en donde habían preparado cuatro pabellones para menores adultos, cerrado, ya había cambiado la disposición del lugar debido a que en ese momento los menores iban a las cárceles comunes y en una cárcel común de Quilmes unos chicos prendieron fuego, en este accidente murieron dos jóvenes y desde ese momento se empezaron a hacer estos centros cerrados de menores, nos prestaron el penal con los cuatro pabellones ya mencionados y empezamos a trabajar con los chicos en este centro cerrado de máxima seguridad y a los dos años se cierran los cuatro pabellones de menores y se siguió con el de mayores. En ese momento hicieron un instituto penal de máxima seguridad en Lomas de Zamora y nos llevaron para ese lugar y desde hace 17 años estoy ahí, es un régimen cerrado muy parecido al que era el penal de Ituzaingó.
¿Se le llama guardia cárcel a los que trabajan en régimen de menores y régimen de mayores o hay otro nombre?
-Los que trabajan en régimen de mayores son guardia cárcel y los que trabajan en régimen de menores son civiles, el trabajo del civil es desde el crucero, lo que vendría a ser la reja de entrada que da al pabellón. El civil a su vez trabaja adentro, come con los pibes, los asisten, los sacan al patio, les sirven las cuatro comidas diarias y el trabajo consiste en asistirlos todo el tiempo sea psicológicamente y otros aspectos.
¿Cómo te llevas con los jóvenes?
-Me llevo bien, es algo diferente que mucha gente no entiende, los chicos estudian, tienen su colegio y hay chicos van a la facultad, si bien tienen causas penales y sea un régimen cerrado tienen acceso a talleres y están todo el tiempo haciendo algo.
¿Te piden favores?
-No me piden ningún favor porque tienen todo ahí, el tema del teléfono tienen un día de recreación para el uso del teléfono (en la celda no lo tienen).
La recreación consiste en que los días miércoles el teléfono está en la dirección y tienen 6/7 horas después del colegio para usarlo, cuanto termina el tiempo el móvil vuelve a la dirección y se deja en la ropería que es donde están los celulares.
No me piden nada porque un día tienen su visita, las cuatros comidas diarias, hay una cocina en donde también trabajan los pibes y hacen la comida para todos los pabellones. Yo actualmente estoy en el último tramo del pabellón que sería la parte de conducta, sería el último tiempo que están dentro del pabellón y por eso el pibe se dedica a estudiar, no tiene problemas y la verdad la pasamos bastante bien. Todo el tema de higiene, servicios para estudiar, entre otras son cosas que provee el instituto.
¿Los civiles tienen portación de armas?
-No usamos armas, no lo hacemos porque son menores/adultos (16 a 18 años) no nos manejamos con nada, con lo que nos defendemos es con la palabra, es decir, no tenemos otra forma de defendernos. Por eso decía que es un régimen cerrado pero con un bajo nivel de violencia en los últimos años.
¿Hubo situaciones de violencia ahí adentro? ¿Te tuviste que meter en una pelea?
-Si, trabajo hace 24 años y estoy a un año de jubilarme, me tuve que cagar muchas veces a trompadas pero no es nuestra intención, nosotros cuando hay una pelea se reduce a los chicos, se los manda a su habitación y pierden su recreación. Hubo muchos motines e incendios y tuvimos que trabajar con mis compañeros para disuadir los problemas.
¿Cómo son los horarios de trabajo?
–Son guardias de 24 horas. Trabajamos 24×72, lo que vendría a ser que un día trabajamos y tres descansamos. Nos quedamos de 7 de la mañana hasta las 7 de la mañana del otro día.
Última pregunta, nos contabas a lo largo de esta enriquecedora nota que te quedaba un año para poder jubilarte. ¿Pensas seguir en este trabajo o ya es tiempo de parar?
-La verdad no sé qué decirte, lo estoy evaluando, quizás me quede un tiempito más o capaz el año que viene me jubile. Son muchos años de trabajo y la cabeza de tanto encierro me cambió muchísimo, por lo tanto es muy posible que lo evalúe bien para jubilarme pero no lo tengo para nada claro.
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