En comunicación con Vicente Pernía, histórico defensor de Boca y campeón de la Libertadores en 1977 y 1978, dialogamos sobre su carrera, tanto como futbolista y como piloto.
Azul Spalletta// Vicente Pernía, más conocido como “Tano”, comenzó su trayectoria en el fútbol en el club Independiente de Tandil, donde tras un amistoso, logró llamar la atención de Estudiantes de La Plata, haciendo que en 1969, se convirtiera en nuevo jugador del “Pincha”. Él, siendo de Tandil y teniendo 16 años, tuvo que irse de la casa de sus padres para vivir en la Pensión, donde se hizo amigo de Daniel Romeo y Pablo Garay, quienes lo consolarían una tarde de domingo cuando Vicente ya tenía el bolso armado para volver a su hogar. Ellos fueron quienes lo convencieron de quedarse, ya que consideraban que él tenía un gran futuro como futbolista: “No sé que tan real era su discurso, pero yo les creí y me quedé” Recordó el “Tano”.
Luego de 4 años, llegó a Boca Juniors, equipo al que le había llamado la atención en un partido que jugó contra ellos. Allí se convirtió en leyenda, ganando tres torneos de primera división, dos Libertadores y una Copa Intercontinental. En el año 1981, fue capitán de Diego Armando Maradona, donde confesó que una vez lo tuvo que retar, ya que el joven Diego se excusó con la razón de haberse quedado dormido. Vicente se acordó de aquel momento y entre risas, confesó lo que le había dicho: “Yo le respondí que para estar en Boca necesita ponerse mínimo tres alarmas, que esto no era Argentinos Juniors y que yo era mejor que él, que Gatti era mejor que él, porque cada uno era mejor en su posición”.
En 1982, se fue a Vélez Sarsfield, donde confesó que la fecha que le tocó jugar contra Boca, en el entretiempo le tuvo que pedir al “Toto” Lorenzo que lo sacara, porque no podía jugar contra la hinchada Xeneize ni contra sus ex compañeros.
Por otra parte, nos comentó que siempre se lo caracterizó por ser un jugador que daba muchas patadas y que jugaba fuerte, pero él confesó: “En toda mi carrera no lesioné a un solo jugador… Yo tengo una frase, el fútbol es para hombres limpios”. En cuanto a la hinchada xeneize y al club, mencionó: “La hinchada de Boca es la más grande de todas, no tiene igual… La otra hinchada que le sigue es la de Racing, pero no se iguala”.
Una vez retirado, en la década de 1990, comenzó su paso por el automovilismo argentino, donde en 1997 conseguiría un subcampeonato, quedando por detrás de Juan María Traverso. A su vez, confesó que si tuviera de nuevo 17 años y no hubiera jugado en Boca, se dedicaría a ser piloto profesional, ya que él cree que podría haber llegado a Fórmula 1 y que era mejor que Franco Colapinto.