En comunicación con Gloria García, pionera del fútbol femenino argentino, dialogamos sobre su carrera, las críticas que recibió, la relación con AFA y el histórico mundial de 1971.
Joaquín Bonifacio, Valentín López, Azul Spalletta// “Betty” García fue una jugadora de toda la cancha y su carrera deportiva se desarrolló entre 1959 y 1984. Todo comenzó a sus 18 años, cuando decidió ir a probarse en All Boys, ya que tenía una amiga que jugaba allí: “En aquella época había mucho patriarcado, creían que la mujer no podía jugar al fútbol, que tenía que dedicarse a otra cosa. No solo los hombres, las mujeres también…Cuando iban a ver los partidos lo hacían para reírse, para burlarse de nosotras. Cuando empezábamos a jugar se les borraba la risa” recordó la exfutbolista. También, tuvo paso por el Club Atlético Piraña, Nacional (Uruguay), Tigre, Club Universitario de Buenos Aires y Racing.
Ella formó parte del grupo de las pioneras del fútbol femenino argentino, quienes en 1971 harían historia: jugaron un mundial femenino incluso antes de que la propia FIFA lo reconociera. Para aquel evento, fueron 17 las responsables de representar a la Selección Argentina: Gloria García, Teresa Suárez, Angélica Cardozo, Elba Selva, Marta Soler, Blanca Bruccoli, Eva Lembessi, Virginia Andrada, María Fiorelli, María Ponce, Zulma Gómez, Ofelia Feito, Susana Lopreito, Marta Andrada, Virginia Cattaneo, Zunilda Troncoso y María Cáceres. Con respecto a la organización para poder entrenar aseguró: “No teníamos el apoyo de nadie. El único que nos ayudó fue el sindicato de UTA, que nos compró los uniformes y nos prestó las instalaciones de Ituzaingó, un predio hermoso…En la AFA no querían saber nada del fútbol femenino. No les gustaba”.
Una vez que tomaron su vuelo para ir hacia México lo tuvieron que hacer sin su director técnico: “Jugamos sin técnico, porque cuando iba a tomar su vuelo tuvo problemas con los papeles”. Momentáneamente, aseguró que ninguna de ellas había llevado botines, ya que estaban acostumbradas a jugar con zapatillas y tampoco contaban con la posibilidad de adquirirlos: “Cuándo llegamos allá no sabíamos que había que jugar en botines, nosotras no teníamos… El Comité organizador nos los compró”.
Cuando finalizó el mundial, la selección jugó un amistoso ante México ya que de esta manera les darían una paga: “Nos dieron algo de dinero, no mucho, porque ningún equipo recibió dinero en el mundial”. Una vez que estaban de regreso a la Argentina creían que iban a tener un gran recibimiento, ya que la euforia en México era total y las canchas contaban siempre con más de 80.000 espectadores, pero al llegar no fue así y muchas de sus compañeras se vieron afectadas anímicamente: “Nosotras creímos que éramos las únicas que no habían tenido recibimiento, no había ningún periodista” sentenció. También, nos confesó que al ver la película que estrenó Netflix sobre aquel mundial, “Copa 71”, se dio cuenta de muchas cosas y que estaba orgullosa de lo que habían conseguido: “Cuándo estaba viendo la película me emocioné mucho viendo a mis compañeras y lo que logró cada delegación, porque hicimos historia con ese mundial”. A su vez, aseguró: “Viendo el documental nos dimos cuenta que a ninguna selección le habían hecho un recibimiento”.
Luego del mundial se fue a jugar a Racing, club en el que ganó el torneo de 1978. Ella recuerda que en aquel entonces todavía se estaba formando el equipo de La Academia y confesó: “No podíamos llevar el nombre de Racing porque la AFA no lo permitía”. “La AFA se dio cuenta que el fútbol femenino era realmente aceptable y que podía ser un buen negocio, por eso ahora todos los clubes tienen fútbol femenino” recalcó Betty, haciendo referencia a que actualmente todos los equipos llevan el nombre del club.
En cuanto al presente del fútbol femenino ella cree que avanzó mucho, pero que todavía queda mucho por mejorar: “El fútbol ha adquirido mucho ahora. Es semiprofesional, porque aún no les pagan como les tendrían que pagar…En Europa el fútbol femenino está muy adelantado, nos llevan mucha ventaja” y asegura que les tienen que abrir los estadios, porque acá juegan en el predio y en un mundial se les hace difícil porque no es lo mismo . A su vez, está feliz de que si una nena actualmente quiere jugar al fútbol no va a tener oposición y que “Ahora el fútbol femenino se juega a lo largo y ancho del país, ya no lo van a poder sacar”. Para finalizar, ella le recomienda a las chicas que apenas están ingresando en el mundo del fútbol: “Si les gusta jugar que nada las detenga, no puede venir cualquiera a decirle que ese juego no es para ellas”.
